En las últimas semanas, el mundo ha contenido el aliento, ante la enésima escala de tensión vivida en oriente próximo. Esta vez, el asunto ha estado entre Israel, el cuál desde el 07OCT23 lleva acaparando titulares, e Irán, un clásico en la región. Pero con lo que pocos contaban, era con la participación estelar de EE. UU, el cuál nuevamente ha dado un golpe sobre la mesa con el objetivo de “neutralizar la amenaza nuclear iraní”, según palabras del propio presidente Trump.

Si analizamos en detalle, se puede observar como desde el pasado octubre del año 2023, las dinámicas de influencia y los equilibrios de poder se han ido reestructurando, como consecuencia de conflictos internos, como es el caso de Siria o mediante la intervención de Israel, como en Líbano, Gaza y Cisjordania.

Por un lado, las acciones militares israelíes primero en Gaza y luego en Líbano han debilitado significativamente no solo a Hamás sino también a Hezbollah , provocando así, que Irán, pierda gran parte de sus milicias proxies, las cuáles actuaban como elemento de disuasión iraní, ante una posible agresión a gran escala por parte de Israel. Dicho debilitamiento ha quedado de manifiesto, no solo por la eliminación de los lideres de dichas organizaciones, sino, por además la perdida significativa de las capacidades militares de las mismas, como fruto tanto de combates como de operaciones de inteligencia.

La negativa por parte del régimen de los ayatolás, de involucrarse más directamente en el conflicto, más allá del apoyo logístico de estas milicias, ha sido percibido como un signo de debilidad por parte de Netanyahu, ya que si bien, la amenaza nuclear siempre ha sido un problema persistente a largo plazo, las milicias proxies y sus fuerzas de misiles de largo alcance, era la principal amenaza a corto y medio plazo para Israel.

Pues bien, ahora ese equilibrio no existe, puesto que Netanyahu y su más acérrimo aliado, Donald Trump, dicen haber eliminado el último vestigio del plan nuclear iraní, por lo que, si están en lo cierto, esto hace que, Israel refuerce su posición en la región. ¿Va a provocar esto una desescalada de las tensiones? No parece que eso vaya a suceder en el corto plazo, por un lado, la supervivencia política de Netanyahu depende de la guerra, y cuando esta acabé, los israelíes tendrán que decidir que camino tomar. Por otro lado, los principales enemigos de Israel han sufrido un duro varapalo, pero están lejos de están completamente derrotados, por lo que habrá que esperar y ver que nuevas alianzas se forman en la región, y como van fluyendo las dinámicas de poder en la zona.